Y de súbito recordó otro tiempo y se sintió envuelta por aquella sensación de angustia pegajosa, aquella zozobra de dudas, de desconfianza, aquel sin vivir. Y comenzó a intuir que aquello olía a lo mismo...
Y tomó conciencia , como se toma conciencia de que hace frío, como se toma conciencia de que se tiene hambre, desde la realidad del cuerpo, de que después de lo dejado atrás solo le impresiona aquellos que se presenta con las palmas abiertas y la mirada clara.....
….Pero a pesar de todo la belleza nos inunda en ese vacío de inconmensurable blanco, donde el espíritu melancólico, representado por el incansable ulular del viento, no parecía dar tregua aquella noche helada y ventosa….