lunes, septiembre 12, 2011

Antonio López en el Thyssen

Antonio López


Los objetos pintados por Antonio López parecen congelados en una muerte de oleo. Al ser pintados, atraviesan la frontera para descansar en un panteón eterno olvidado por la muerte y por tanto, sin hálito de vida.

Los objetos pintados se desdoblan, el real prosigue en su camino de vida que se encamina a la muerte, mientras los retratados en el lienzo, secuestrados, dormitan desprovistos de esa vida que va preñada de inercia de muerte, igualito le aconteció a Beatriz Viterbo, en el Aleph de Borges.

sábado, agosto 27, 2011

De ayer y hoy

Encontrar billete de tren en estos dias es complicado. Los egipcios que se lo pueden permitir tienen la costumbre de viajar los dias previos al Ramadan, para descansar, visitar a la familia y prepararse para el duro mes de abstinencia que se avecina, no he dicho que el lunes próximo comienza el Ramadan.


Durante Ramadan no se puede tomar agua ni ingerir alimentos, ni fumar mientras haya luz solar; teniendo en cuenta las temperaturas que se están dando por aquí, es toda una proeza. El pueblo musulmán es un pueblo ejercitado en el autodominio.


Tenia proyectado bajar a Aswan y continuar el viaje hacia arriba terminando en el Cairo, pero me fue imposible conseguir billete en la estación Ramses, asi que cambie mi itinerario, ahora estoy en Alejandria y próximamente iré a Port Said, Ismailia, Suez para luego pasar a la península del Sinai.


Ayer, en Alejandria, donde me encuentro, estuve visitando el apartamento en el que durante veinticinco años residió Kavafis. Itaca es el poema suyo que mas me gusta. Lo sè, me estoy convirtiendo en una mitómana, es cierto, también ocurre que he visitado en dos ocasiones Egipto y ahora me dedico a las rarezas.


Desde la ventana del salón del que fuera su apartamento se puede ver una iglesia ortodoxa griega, un hospital y según se cuenta justo debajo de su piso, en el primero, se localizaba en los tiempo en que el vivia el burdel de la ciudad. Este enclave tan peculiar, le llevo a decir que no concebía otro lugar mejor en el que vivir, tenia cerca el templo de la carne, el del alma para el perdón de los pecados y el hospital para morir.-The temple of the soul, the temple of the body, the temple of the flesh.-.


Después continué mi paseo hasta llegar a Midan Saad Zaghloul, plaza en la que están acampados los -revolucionados- de Alejandria. La plaza esta enmarcada por el mítico hotel Cecil y el Metropole, en cuyos bajos está la cafetería Trianon, de techos altos, con aire ostentoso de siglos pasados. Ya dedicaré otro post a los acampados alejandrinos.


Alejandria, como todas las ciudades de costa tiene un aire abierto, debe ser el mar. Sus gentes son dadas a la conversación, curiosas por la recien llegada. Un welcome to Egip sorprende a modo de saludo a la vuelta de cada esquina, al que corresponde contestar con un: shukran sonriente. Las ciudades de costa, esas donde su gentes por generaciones han mirado hacia el horizonte marino con ánimo de espera.


Ayer fue un día especialmente intenso, fue viernes, día de fiesta en el mundo musulmán, paseando cerca de la mezquita Al Qaid Ibrahim, observe como se concentraba la gente para el rezo de la mañana. Cada uno llevaba una esterilla que desplegaba en la acera o sobre la calle que queda cortada para el evento. En cada barrio hay altavoces y la gente se concentra en la mezquitas o bien sale a la puerta del edificio en que vive y desde allí por los altavoces se escucha al imán rezar, cantar y el discurso posterior. Alguno de los concentrados en la mezquita Al Qaid llevaban chalequillos reflectantes verdes y en la espalda el emblema de los hermanos musulmanes, el circulo con las dos espadas cruzadas en su interior.


Cansada ya de andar, me fui a buscar un café en lo que aquí llaman Al Corniche, el paseo de varios kilometros frente al Mediterráneo. El Mediterráneo ese mar compartido que une orillas. Fui siguiendo el paseo, admirando los edificios que, aunque descuidados son maravillosos en su arquitectura, la mayoría del siglo diecinueve, todo muy afrancesado, terrazas a lo largo de toda la bahía donde los egipcios fuman sheesha y toman te o café hasta altas horas de la madrugada al fresquito de la brisa del mar. Me senté en una de estas mesas cerca de la plaza Saab Zoughloul .


Terminada la oración de la mezquita un grupo de unas 200 personas pasaron en manifestación, con pancartas en árabe, banderas de Egipto. Vestían los hombres chilabas blancas o grises oscuras y la mayoría aun siendo algunos muy jóvenes tenían barba larga, algunas mujeres cubiertas acompañaban. El aspecto me hizo pensar que eran estrictos observante y practicantes del islam. Repartían octavillas informativas, en árabe claro. Le pregunte al que se me acerco a darme el papel informativo, el por que de la manifestación y como pudo me explico que querían que en Egipto se impusiera la Sharia. Me quedé "planchá" que se dice en mi pueblo.

jueves, agosto 25, 2011

Ya no están los revolucionados en Tahrir

Me he mudado de barrio haciendo un hipotético cierre de circulo para estas cinco semanas, vengo a terminar donde empecé.

Estoy en las inmediaciones de Madin Tahrir, mis intenciones al mudarme a este barrio repleto de edificios decimonónicos, con mucho menos sabor que el islámico, era acercarme cada tarde un rato a la plaza para charlar con los revolucionados como al principio, y mañana viernes después de la oración de las doce, momento de la semana álgido en las concentraciones,  pasarme para observar el ambiente.

Cuando ha caido el sol, he ido paseando por Talaat harb hasta Madin Tahrir, al final de la calle cuando desemboca en la plaza me he topado con tres camiones azules de la policia, y al otro lado de la calle con un tanque con un individuo vestido de camuflaje coronándolo y apuntando con la metralleta del vehiculo hacia la plaza. Al observar la gran rotonda de Tahrir, lo primero que veo es que han desaparecido todos los tenderetes, los carteles, luego se me ha hecho presente la gran presencia militar en la plaza.

La rotonda central, que estimo tendra unos 100 metros de diámetro, estaba circundada en todo su perimetro por policias que distaban unos dos metros unos de otros. Sorpendida por el despliege, me acerco hacia la explanada del Mogamma y está llena de lo que aquí llaman policias turisticos con su impolutos uniformes blancos. En los carriles que circundan la rotonda de Tahrir hay aparcados varios vehiculos militares, sus ocupantes vestidos de camuflaje lucen gorras rojas, pero ni rastro de los revolucionados.

Incluso han pintado los zócalos del Mogamma que aparecen impolutos, como si no hubierse pasado nada, ya no estan los grafittis de Mubarak ahorcado, ni entre rejas o con el stop plantado en la cara. Ha desaparecido del emblematico lugar cualquier huella que recuerde lo sucedido. Tan sólo el espacio publico secuestrado a cualquier voz disidente.

Tan sólo quedan algunos puestos de banderas egipcias y camisetas.

Les he preguntado a los regentes del puesto que ha pasado, me dijeron como pudieron que el ejercito desmonto las tiendas y se llevo a alguna gente a la cárcel y continuan alli para evitar que vuelvan a concentrarse.

Al volver al hotel le he preguntado al recepcionista que ha pasado en Tahrir, me ha contestado con un escueto: ya solo quedaba mala gente en Tahrir que se querian apropiar de nuestra revolucion.

miércoles, agosto 24, 2011

El Cairo fatimí

El Cairo islámico es una fiesta en Ramadan, no hay quien duerma hasta las cinco de la mañana.
Llevo una semana perdiéndome por las inmediaciones del Midan Hussein.

Desde mi ventana veo los minaretes de la mezquita más sagrada del Cairo, Al Hussein. Un trajín continuo de vendedores ambulantes, paseantes, fieles y llamadas a la oración llenan durante el día y la noche la plaza. También alcanzo a ver desde mi habitación los preciosistas minaretes de la mezquita Al Azhar, la mezquita más hermosa para mi gusto del Cairo. A esta última suelo ir a descansar a la sombra de sus ventiladores y maravillosas lamparas, cubierto el cabello, como manda el protocolo, cuando el calor del mediodía se me hace insoportable. Ayer estuve hablando con dos chicas egipcias ingenieras, que encontré en la mezquita, y que me hacen ver que la realidad trasciende los constructos prejuiciosos alzados en la distancia.

El barrio fatimí del Cairo es sorprendente, en cada esquina se reviven párrafos de las novelas de Naguib Mahfuz. Ocho días llevo andurreando por sus calles y se me ha desvelado una rutina llena de personajes y recurrencias que me hacen delicioso el viaje.

Mis amores en el Cairo se dividen entre dos plazas: Madin Al Tahrir y Madin Al Hussein. Mañana me mudo de barrio, que en el Cairo es tanto como mudarse de ciudad.

domingo, agosto 14, 2011

Ramses II. Ramensserum. Luxor

OZYMANDIAS Shelley

I met a traveller from an antique land
Who said: `Two vast and trunkless legs of stone
Stand in the desert. Near them, on the sand,
Half sunk, a shattered visage lies, whose frown,
And wrinkled lip, and sneer of cold command,
Tell that its sculptor well those passions read
Which yet survive, stamped on these lifeless things,
The hand that mocked them and the heart that fed.
And on the pedestal these words appear --
"My name is Ozymandias, king of kings:
Look on my works, ye Mighty, and despair!"
Nothing beside remains. Round the decay
Of that colossal wreck, boundless and bare
The lone and level sands stretch far away.
........................................................................
Horace Smith.

In Egypt's sandy silence, all alone,
Stands a gigantic Leg, which far off throws
The only shadow that the Desert knows:
"I am great OZYMANDIAS," saith the stone,
"The King of Kings; this mighty City shows
"The wonders of my hand." The City's gone,
Nought but the Leg remaining to disclose
The site of this forgotten Babylon.
We wonder, and some Hunter may express
Wonder like ours, when thro' the wilderness
Where London stood, holding the Wolf in chace,
He meets some fragments huge, and stops to guess
What powerful but unrecorded race
Once dwelt in that annihilated place.


sábado, agosto 06, 2011

Dahab

Dahab, es un punto y aparte. No se si se la puede llamar ciudad. En otro tiempo fue un paraíso en el que confluían hippies venidos de todo el mundo; hoy es un tenderete continuo de tiendas de venta de recuerdos, restaurantes y resorts carisimos, (mundos dentro del mundo). Todo ello aislado por kilómetros de yermo, bellisimo y militarizado desierto. Los tiempos han cambiado, ahora esta repleta de la recién estrenada clase media rusa.

A Dahab se viene con un solo objeto, hacer submarinismo o snorkeling. Cruzar el desierto del Sinai ofrece como recompensa unos fondos coralinos impresionantes plenos de belleza y exuberancia, un mundo colorido y tan ajeno a revoluciones como quienes la visitan.

En Dahab, no hay revolución, ni plaza con revolucionados, ni pegatinas en las farolas en las que se muestre al añorado Nasser, ´aquel que con otra revolución derrocara al rey Faruk. En Dahab hay más bikinis que niqab.

Dahab podría ser cualquier lugar turístico e impersonal del mundo sino fuera por la llamada puntual del muecin a la oración. Los chiringuitos respetuosamente bajan el volumen de la música para que el canto desde el alminar, aquel que comienza diciendo: Ala es grande..., resuene allen de los mares y reverbere en las colinas de la vecina y divisable Arabia Saudita.

"Usted sueñe que nuestra misión es convertir sus sueños en realidad"reza la publicidad de un resort cercano al Hilton, el hotel en que se estrellara un camión, en un atentado terrorista en 2006, que ocasiono 22 muertos entre residentes del hotel y paseantes y que obligó a derruir el hotel para edificarlo nuevamente.

En Dahab es posible conseguir El mundo y el País del día, lo traen en aeroplano desde el Cairo diariamente. En el supermercado Ghazala puedes comprar galletas de chocolate príncipe de Beckelar, agua Evian (traída de la mismisima Francia) ....

En Dahab todo es posible. Ud sueñe que nuestra misión es convertir sus sueños en realidad, (si tiene dinero, huelga decir), y si no tiene sueñe igualmente, que por algo dicen que soñar es gratis. Aquí, curiosamente, en este mundo polarizado de sirvientes y servidos, no hay revolución, ni plaza donde acampen los revolucionados.

Corrección: El atentado terrorista que derruyo el Hotel Hilton fue en la cercana Taba. En Dahab el triple atentado simultáneo tuvo lugar en las cercanías del puente de madera, en supermercado Ghazala y en un hotel.

sábado, julio 30, 2011

Midan Saad Zaghloul. Alejandria

Encontrar billete de tren en estos dias es complicado. Los egipcios que se lo pueden permitir tienen la costumbre de viajar los dias previos al Ramadan, para descansar, visitar a la familia y prepararse para el duro mes de abstinencia que se avecina, no he dicho que el lunes próximo comienza el Ramadan.


Durante Ramadan no se puede tomar agua ni ingerir alimentos, ni fumar mientras haya luz solar; teniendo en cuenta las temperaturas que se estan dando por aqui, es toda una proeza. El pueblo musulman es un pueblo ejercitado en el autodominio.


Tenia proyectado bajar a Aswan y continuar el viaje hacia arriba terminando en el Cairo, pero me fue imposible conseguir billete en la estacion Ramses, así que cambie mi itinerario, ahora estoy en Alejandria y próximamente iré a Port Said, Ismailia, Suez para luego pasar a la península del Sinai.


Ayer, en Alejandria, donde me encuentro, estuve visitando el apartamento en el que durante veinticinco años residió Kavafis. Itaca es el poema suyo que mas me gusta. Lo se, me estoy convirtiendo en una mitomana, es cierto, también ocurre que he visitado en dos ocasiones Egipto y ahora me dedico a las rarezas.


Desde la ventana del salón del que fuera su apartamento se puede ver una iglesia ortodoxa griega, un hospital y según se cuenta justo debajo de su piso, en el primero, se localizaba en los tiempo en que el vivia el burdel de la ciudad. Este enclave tan peculiar, le llevo a decir que no concebía otro lugar mejor en el que vivir, tenia cerca el templo de la carne, el del alma para el perdón de los pecados y el hospital para morir.-The temple of the soul, the temple of the body, the temple of the flesh.-.


Después continué mi paseo hasta llegar a Midan Saad Zaghloul, plaza en la que están acampados los -revolucionados- de Alejandria. La plaza esta enmarcada por el mítico hotel Cecil y el Metropole, en cuyos bajos esta la cafetería Trianon, de techos altos, con aire ostentoso de siglos pasados. Ya dedicare otro post a los acampados alejandrinos.


Alejandria, como todas las ciudades de costa tiene un aire abierto, debe ser el mar. Sus gentes son dadas a la conversacion, curiosas por la recien llegada. Un welcome to Egip sorprende a modo de saludo a la vuelta de cada esquina, al que corresponde contestar con un shukran sonriente. Las ciudades de costa, esas donde su gentes por generaciones han mirado hacia el horizonte marino con animo de espera.


Ayer fue un día especialmente intenso, fue viernes, día de fiesta en el mundo musulmán, paseando cerca de la mezquita Al Qaid Ibrahim, observe como se concentraba la gente para el rezo de la mañana. Cada uno llevaba una esterilla que desplegaba en la acera o sobre la calle que queda cortada para el evento. En cada barrio hay altavoces y la gente se concentra en la mezquitas o bien sale a la puerta del edificio en que vive y desde allí por los altavoces se escucha al iman rezar, cantar y el discurso posterior. Alguno de los concentrados en la mezquita Al Qaid llevaban chalequillos reflectantes verdes y en la espalda el emblema de los hermanos musulmanes, el circulo con las dos espadas cruzadas en su interior.


Cansada ya de andar, me fui a buscar un café en lo que aquí llaman Al Corniche, el paseo de varios kilómetros frente al Mediterráneo. El Mediterráneo ese mar compartido que une orillas. Fui siguiendo el paseo, admirando los edificios que, aunque descuidados son maravillosos en su arquitectura, la mayoría del siglo diecinueve, todo muy afrancesado, terrazas a lo largo de toda la bahía donde los egipcios fuman sheesha y toman te o café hasta altas horas de la madrugada al fresquito de la brisa del mar. Me senté en una de estas mesas cerca de la plaza Saab Zoughloul .


Terminada la oración de la mezquita un grupo de unas 200 personas pasaron en manifestación, con pancartas en árabe, banderas de Egipto. Vestían los hombres chilabas blancas o grises oscuras y la mayoría aun siendo algunos muy jóvenes tenían barba larga, algunas mujeres cubiertas acompañaban. El aspecto me hizo pensar que eran estrictos observante y practicantes del islam. Repartían octavillas informativas, en árabe claro. Le pregunte al que se me acerco a darme el papel informativo, el por que de la manifestación y como pudo me explico que querían que en Egipto se impusiera la Sharia. Me dejo plancha que se dice en mi pueblo.