sábado, agosto 14, 2010

Paseando por Beirut

Se había hecho tarde. La noche cada día me alcanzaba mas lejos del centro. Como Cenicienta a la que apremia el tiempo, en cumplimiento de un sortilegio, reemprendo la vuelta presurosa por calles vacías.
En el centro de Beirut todas las calles de forma radial convegen en la Place de la Etoile. Allí se erige la torre del reloj. Curiosa esa arquitectura, ese espacio estrellado que viene a convergir en el tiempo. Espacio avocado al tiempo.
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Tiempo que metafóricamente quedo en suspenso durante los quince años de guerra. El reloj de la torre estuvo desmontado, aguardando, dormido en algún almacén a computar tiempos mejores.
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Bordeaba la plaza por la acera de la catedral ortodoxa de Saint Georges. Aceras que unas horas antes estaban llenas de glamourosos beiruties católicos, que bebían y fumaban seesha sentados en las terrazas, mientras las chachas filipinas paseaban a los niños dando vueltas a la torre del reloj.
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Y al pasar por la puerta de la mezquita Al Omari el almuecín comienza a llamar a la oración, distrayéndome de mis cavilaciones. Estamos en Ramadán. Y aquella música, aquellas suras cantadas desde el alminar me transpotan a una espiritualidad sin religión. A la búsqueda de una elección que trasciende de dioses, inventados en un afán humano que buca la inmortalizad. ¿Qué más da si solo somos un punto en un infinito sin sentido?.
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Y asciendo por la arcada de la calle Al Maarad y, descubro la bandera de España que pende de un balcón. Me pregunto si  los beiruties también se alegran de que hayamos ganado el mundial, para descubrir ya en la cercanía de que se trata del centro Cervantes.
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Al fondo, sobre los tejados avisto, a modo de hito en mi camino de vuelta al hotel, los minaretes iluminados de la espléndida mezquita Al Amin donde está enterrado Hariri. Minaretes que se elevan iluminados sobre las cúpulas azuladas, todo un poema arquitectónico.
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Y se nota la brisa que viene del puerto cercano y que después de un día de sol, sin tregua, hay que agradecer.
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4 comentarios:

  1. Bello tal cual lo describes. Hay ciudades que aunque suene a tópico son de cuento.


    asi que tu estas en Beirut...aham..:)

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  2. Los beirutenses (o beirutanos) se le han comido las Ñ. Vigile que no se queden sin hambre.

    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  3. Leyéndote es la primera vez que he sentido el deseo de visitar algún país de tradición islámica... Me gusta mucho más el Beirut que describes que el otro, del que había oído hablar.

    Buen viaje (ambos viajes)

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  4. Veronika,
    Mi estimada Veronika andaba por alli, ahora estoy en Jordania . Debo decirle que su blog da muchos problemas a la hora de abrirlo en Libano cosa que no me sucedia en Espana ni me sucede con los otros. Un enigma. La leo. Un beso.

    Mi querido Sr. su forma de negar me tiene descolocada."que no se queden sin hambre" significa que se queden con hambre?. He observado en mas ocasiones este tipo de negacion en sus narraciones.

    Un enorme beso

    Rai,
    como te dije no hay un Beirut, hay muchos. Nosotros quizas estemos mas familiarizados con el de las noticias de la guerra.Pero hay muchos mas.
    Un beso

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Dime Alhaja