El lugar. una alhóndiga, en árabe al-funqaq, era una posada dónde se alojaban los mercaderes con sus géneros durante sus viajes. Son postas en el camino o en la llegada. Es un espacio muy extendido en Oriente, dónde reciben el nombre de caravansares, (en puridad los caravansares son los nombres que reciben cuando están en lugares despoblados, de estar sitos en zonas urbanas se llaman jans).
En Damasco, recuerdo uno maravilloso no lejos de la gran mezquita Omeya. Tenía su entrada desde el gran bazar. Sentada allí al borde de su fuente central con enormes surtidores cristalinos, pasaba horas buscando sosiego y frescor, huyendo de los rigores climáticos del mediodía sirio, mientras me distraía viendo a través de su puerta el trasiego del bazar.
En la Granada nazarí existieron 3 alhóndigas, una de ellas era la alhóndiga nueva o al-Yadida, cuenta la historia que la construyó Yusuf I, y fue propiedad de las esposas de los sultanes. Con el tiempo fue Corral de Comedias, dónde tuvieron cabida representaciones de nuestras glorias del siglo de oro. El tiempo, ese que a los humanos debería hacernos recordar la virtud de la modestia, hizo que luego fuera, cárcel, casa de vecinos y corral del carbón.
El edificio tiene un patio central, no demasiado grande, lo que hace que los eventos que allí se celebran tengan un carácter recogido, casi intimo diría. El patio conformado por dos pisos y planta baja de galerías corridas abiertas, tiene en el centro una fuente de piedra llena de agua clara, y está cubierto por un parral enorme del que cuelgan los carámbanos de hojas verdes, dándole un aire de patio de cortijo.
La portada de entrada al edificio es la que muestro en la foto, un gran arco de herradura, que esconde una bóveda de mocárabes maravillosa. Desde hace trece años, este lugar, es sede de una muestra de flamenco que se celebra durante el verano y que se conoce como: los veranos del Corral.
Las protagonistas
*19/07/2011 Isabel Bayón Elegancia
No dispongo del nombre de los acompañantes, no suelen aparecer en el programa. Al parecer, según me dijeron, no saben hasta el último momento quién las va a acompañar al cante, a la guitarra y percusión. Baila muy pausadamente, como si estuviera sumida en un trance poético. Ejecuta el baile con una introspección que se manifiesta con un movimiento lleno de elegancia y duende, de cuyo hechizo se despierta, artista y público, cuando estallan los aplausos. Ver actuar a esta bailaora se convierte en una experiencia estética maravillosa.
*20/07/2011 Mecedes Ruíz Energía
Guitarra: Santiago Lara, al cante: Miguel Soto, "Londro", cajón flamenco:Perico Navarro.
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Dime Alhaja