sábado, agosto 27, 2011

De ayer y hoy

Encontrar billete de tren en estos dias es complicado. Los egipcios que se lo pueden permitir tienen la costumbre de viajar los dias previos al Ramadan, para descansar, visitar a la familia y prepararse para el duro mes de abstinencia que se avecina, no he dicho que el lunes próximo comienza el Ramadan.


Durante Ramadan no se puede tomar agua ni ingerir alimentos, ni fumar mientras haya luz solar; teniendo en cuenta las temperaturas que se están dando por aquí, es toda una proeza. El pueblo musulmán es un pueblo ejercitado en el autodominio.


Tenia proyectado bajar a Aswan y continuar el viaje hacia arriba terminando en el Cairo, pero me fue imposible conseguir billete en la estación Ramses, asi que cambie mi itinerario, ahora estoy en Alejandria y próximamente iré a Port Said, Ismailia, Suez para luego pasar a la península del Sinai.


Ayer, en Alejandria, donde me encuentro, estuve visitando el apartamento en el que durante veinticinco años residió Kavafis. Itaca es el poema suyo que mas me gusta. Lo sè, me estoy convirtiendo en una mitómana, es cierto, también ocurre que he visitado en dos ocasiones Egipto y ahora me dedico a las rarezas.


Desde la ventana del salón del que fuera su apartamento se puede ver una iglesia ortodoxa griega, un hospital y según se cuenta justo debajo de su piso, en el primero, se localizaba en los tiempo en que el vivia el burdel de la ciudad. Este enclave tan peculiar, le llevo a decir que no concebía otro lugar mejor en el que vivir, tenia cerca el templo de la carne, el del alma para el perdón de los pecados y el hospital para morir.-The temple of the soul, the temple of the body, the temple of the flesh.-.


Después continué mi paseo hasta llegar a Midan Saad Zaghloul, plaza en la que están acampados los -revolucionados- de Alejandria. La plaza esta enmarcada por el mítico hotel Cecil y el Metropole, en cuyos bajos está la cafetería Trianon, de techos altos, con aire ostentoso de siglos pasados. Ya dedicaré otro post a los acampados alejandrinos.


Alejandria, como todas las ciudades de costa tiene un aire abierto, debe ser el mar. Sus gentes son dadas a la conversación, curiosas por la recien llegada. Un welcome to Egip sorprende a modo de saludo a la vuelta de cada esquina, al que corresponde contestar con un: shukran sonriente. Las ciudades de costa, esas donde su gentes por generaciones han mirado hacia el horizonte marino con ánimo de espera.


Ayer fue un día especialmente intenso, fue viernes, día de fiesta en el mundo musulmán, paseando cerca de la mezquita Al Qaid Ibrahim, observe como se concentraba la gente para el rezo de la mañana. Cada uno llevaba una esterilla que desplegaba en la acera o sobre la calle que queda cortada para el evento. En cada barrio hay altavoces y la gente se concentra en la mezquitas o bien sale a la puerta del edificio en que vive y desde allí por los altavoces se escucha al imán rezar, cantar y el discurso posterior. Alguno de los concentrados en la mezquita Al Qaid llevaban chalequillos reflectantes verdes y en la espalda el emblema de los hermanos musulmanes, el circulo con las dos espadas cruzadas en su interior.


Cansada ya de andar, me fui a buscar un café en lo que aquí llaman Al Corniche, el paseo de varios kilometros frente al Mediterráneo. El Mediterráneo ese mar compartido que une orillas. Fui siguiendo el paseo, admirando los edificios que, aunque descuidados son maravillosos en su arquitectura, la mayoría del siglo diecinueve, todo muy afrancesado, terrazas a lo largo de toda la bahía donde los egipcios fuman sheesha y toman te o café hasta altas horas de la madrugada al fresquito de la brisa del mar. Me senté en una de estas mesas cerca de la plaza Saab Zoughloul .


Terminada la oración de la mezquita un grupo de unas 200 personas pasaron en manifestación, con pancartas en árabe, banderas de Egipto. Vestían los hombres chilabas blancas o grises oscuras y la mayoría aun siendo algunos muy jóvenes tenían barba larga, algunas mujeres cubiertas acompañaban. El aspecto me hizo pensar que eran estrictos observante y practicantes del islam. Repartían octavillas informativas, en árabe claro. Le pregunte al que se me acerco a darme el papel informativo, el por que de la manifestación y como pudo me explico que querían que en Egipto se impusiera la Sharia. Me quedé "planchá" que se dice en mi pueblo.

2 comentarios:

  1. Yo disfrutaría como un enano en el museo arqueológico y frente a la esfinge... Haz tú lo mismo antes de volver a tierras cainitas.

    ;)

    rai

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  2. Estoy de vuelta desde ayer por la tarde y me invade una sensación de... pufff más de los mismo. Un abrazo.

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Dime Alhaja